Al considerar si los clientes necesitan comprar tu producto o si pueden simplemente alquilártelo, es importante analizar si ser propietario del producto proporciona un valor adicional a los clientes.
En muchas ocasiones, los clientes solo necesitan acceder a ciertos productos o servicios de forma temporal, ocasional o por un corto período de tiempo, por lo que adquirir la propiedad del mismo puede no ser necesario.
Un ejemplo claro de esta situación es el consumo de música.
Las personas desean escuchar música para disfrutar, relajarse o motivarse, pero no necesitan poseer físicamente los discos o archivos de audio para hacerlo.
En lugar de adquirir cada canción o álbum, pueden acceder a plataformas de streaming de música donde tienen la posibilidad de escuchar una amplia variedad de contenido por una suscripción mensual o anual.
Al permitir a los clientes alquilar o tener acceso temporal a tu producto o servicio en lugar de comprarlo, puedes satisfacer sus necesidades de forma más flexible y económica.
Esto puede ser especialmente beneficioso en industrias donde la demanda es esporádica o donde la propiedad a largo plazo no agrega valor significativo para el cliente.
