La práctica a la que te refieres es conocida como ingeniería inversa.
Consiste en adquirir un producto de la competencia, desmontarlo y analizar detalladamente sus componentes, diseño y funcionamiento con el objetivo de obtener información para desarrollar un producto similar o compatible.
Al no incurrir en los costos de investigación y desarrollo que conlleva crear un producto desde cero, las empresas pueden producir versiones más económicas que pueden vender a precios más competitivos en el mercado.
Esta estrategia suele ser utilizada para introducir nuevos productos rápidamente al mercado o para mejorar los existentes sin tener que comenzar desde cero.
Sin embargo, es importante tener en cuenta las implicaciones legales y éticas de esta práctica, ya que la legislación sobre propiedad intelectual y patentes puede variar según el país y se deben respetar los derechos de propiedad intelectual de los competidores.