The Power Law

Del autor de mayor éxito en ventas del New York Times llega la historia asombrosamente franca e íntima del éxito y el fracaso dentro de las firmas dominantes de capital de riesgo del Valle del Silicio, y cómo sus estrategias y destinos han dado forma al camino de la innovación y la economía global, en general.

Las innovaciones rara vez provienen de 'expertos'.

Elon Musk no era una 'persona de coches eléctricos' antes de iniciar Tesla.

Cuando se trata de innovaciones improbables, las únicas innovaciones que realmente importan, un legendario VC de tecnología le dijo a Sebastian Mallaby, el futuro no puede ser 'predicho', solo puede ser 'descubierto', a través de experimentos iterativos respaldados por capital de riesgo.

Es la naturaleza del juego que la mayoría de estos experimentos fallarán, pero algunos pocos éxitos tendrán éxito a una escala tal que compensarán todo lo demás.

Esa extrema proporción de éxito y fracaso es la ley del poder que impulsa el sector de capital de riesgo y todo Silicon Valley, y el sector tecnológico más amplio moldeado a su imagen.

Las implicaciones de esa ley del poder tienen eco en todo el mundo.

En La Ley del Poder, Sebastian Mallaby ha aprovechado un acceso sin precedentes a los capitalistas de riesgo más exitosos de todos los tiempos, las figuras clave en Sequoia, Kleiner Perkins, Accel, Benchmark y Andreessen Horowitz, entre otros, para crear una mezcla fascinante de narración y análisis que despliega toda la historia de incubación de empresas tecnológicas, en el Valle y, en última instancia, en todo el mundo.

Aprendemos la verdad sin adornos, a menudo por primera vez, sobre algunos de los éxitos más icónicos y los desastres más infames en la historia del Valle, desde la comedia de errores que fue el nacimiento de Apple hasta la avalancha de dinero de capitales de riesgo que fomentó la arrogancia en WeWork y Uber.

Nos adentramos en los diferentes modelos estratégicos de las famosas firmas de capital de riesgo, sus virtudes y desventajas.

Vemos el impacto de la cultura, tanto en las asociaciones de capital de riesgo como en las empresas que nutren: la importancia de cuidarla conscientemente y los desastres que ocurren cuando el poder se concentra en las manos equivocadas.

La búsqueda implacable de los capitalistas de riesgo por los 'grand slams' de la ley del poder promueve una obsesión por el ideal del genio emprendedor solitario, y a las empresas vistas como posibles unicornios se les otorgan cantidades intoxicantes de poder, con resultados a veces desastrosos.

A un nivel más profundo y sistemático, la necesidad de hacer apuestas desmedidas en talento no probado refuerza un sesgo que canaliza el dinero y el apoyo hacia, por ejemplo, un cierto tipo de hombre blanco de Stanford, mientras que las mujeres y las minorías, tanto dentro de los capitalistas de riesgo como en las empresas que respaldan, siguen estando representadas en niveles lamentablemente bajos.

Esto no solo tiene implicaciones de justicia social: el sector nacional de capital de riesgo en China, habiendo aprendido de los pies del Valle, está creciendo a un ritmo exponencial y ahora tiene muchas más cabezas de capitalistas de riesgo mujeres que Estados Unidos jamás ha tenido.

Aun así, el capital de riesgo de Silicon Valley sigue siendo el vivero más exitoso e influyente en la innovación empresarial a nivel mundial: no es el lugar de donde provienen las ideas, sino de donde 'van', para convertirse en los productos y empresas que crean el futuro.

De todas las personas en el mundo que apuestan por el futuro, este grupo ha convertido no solo una ciencia, sino muchas ciencias competidoras, y La Ley del Poder, al adentrarnos tan profundamente en su juego, nos da la ventaja de pensar más agudamente sobre nuestro propio futuro a través de sus ojos.